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La Asociación
Colombiana de Facultades de Medicina -Ascofame- protestó
ante los ministerios de Salud y de Educación por las
propuestas en la redefinición del sistema de salud que
afectarán negativamente la prestación de servicios,
degradarán las facultades profesionales de los médicos
y mantendrán un modelo de prestación de servicios
perverso, diseñado por el Estado para un mercado basado
en el alto costo, del cual hoy se culpa a médicos y universidades.
Cambios sustanciales como el que hospitales universitarios titulen
médicos especialistas o se cambie la función social
de la universidad, e ir en contravía de la Ley 30 de
1992 (Ley de Educación Superior), son algunos argumentos
por los cuales Ascofame -que asocia a 48 facultades de Medicina-,
llama la atención del gobierno a repensar su actuar. |
Pese a múltiples reuniones
de miembros de Ascofame con representantes del gobierno para
buscar cambios favorables en el proyecto de ley 210, sus peticiones
no fueron atendidas. Por ello el pasado 23 de octubre Ascofame
envió carta al ministro de Salud, Alejandro Gaviria,
y a la de Educación, María Fernanda Campo, en
la que exige nuevamente el retiro de artículos donde
el Ministerio de Salud busca asumir las funciones del
Ministerio de Educación y vulnera el papel de la Universidad.
La autonomía de la universidad (que no debe confundirse
con la libertad del mercado), está basada en su conocimiento
científico y la posibilidad de apropiarlo, producirlo,
transmitirlo y aplicarlo. |
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Camino
al abismo la profesión médica en Colombia
En 13 puntos, el presidente de Ascofame, Ricardo Rozo,
señala los principales aspectos con los cuales no están
de acuerdo. Señala que el perfil del médico general
que solicita el sistema es inferior al formado en las facultades:
Denunciamos cómo las resoluciones del Mapipos y
ahora de habilitación limitan la capacidad resolutiva
de los médicos generales, prohibiéndoles la definición
de conductas y convirtiéndolos en 'remitidores', con
lo cual empieza la cascada del alto costo dentro del sistema.
Nuestros médicos generales NO son malos, sino que el
sistema los quiere con baja capacidad resolutiva.
Asimismo, indica que el Ministerio hace caso omiso a la propuesta
de un modelo de atención basado en Atención Primaria
en Salud, al incremento de capacidad resolutiva de los médicos
generales y formación de especialistas en medicina familiar:
El Ministerio de Salud no ha sido capaz de modificar la
estructura del modelo de atención que hoy se encuentra
basado en el alto costo, y genera distorsión en la demanda
de especialistas de alto nivel de complejidad. Explica
Ascofame que formar 15.000 médicos familiares (en la
universidad y en el trabajo) en 10 años, le cuesta al
país casi $1 billón, a precios de hoy en 10 años
(la 47ava parte de lo que se gasta el Sistema hoy en un año).
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Las medidas que propone el Ministerio
de Salud en el proyecto de ley 210 USURPAN
las funciones del Ministerio de Educación y muestra
desconocimiento de las políticas educativas
encaminadas a la calidad.
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Ascofame |
Reitera que los miembros
de Ascofame recibieron la negativa ante la petición reiterada
de apertura de cupos para especialidades médicas para
facultades de medicina acreditadas, como reconocimiento de la
sociedad al cumplimiento de estrictos criterios de calidad.
E Indica que las universidades que con autonomía aumentaron
sus cupos, fueron investigadas o sancionadas: Ahora se
dice que es la universidad quien no quiere formar el recurso.
Los cupos los determinan los ministerios, NO las facultades.
Manifestó el doctor Rozo que Ascofame sí apoya
el pago a los residentes, pero aclaró que está
en contra de que el sistema los considere como un accidente
dentro del mismo y de su falta de reconocimiento. Por
ello considera que la entidad administradora de recursos del
sistema o Fosyga, debe crear un fondo de dedicación sólo
al pago de residentes: Desde hace más de 4 años
procuramos que el sistema tenga en cuenta al residente como
un actor esencial y que por tanto, su actividad no sea glosada.
Pero no queremos que se genere con los residentes una cartera
como la que existe con los hospitales y que en la práctica
ese pago se convierta en otro factor distorsionador de los servicios.
Ascofame también considera necesaria una discusión
sobre la posibilidad de acortar las residencias médicas
con una reestructuración del pregrado, de modo que después
de 10 semestres se obtenga un título no habilitante y
se pueda ingresar inmediatamente (en lo que es el internado)
a medicina familiar, medicina interna, pediatría, ginecología
y obstetricia, cirugía general y anestesiología,
disminuyendo la retención escolar 2 años.
El SSO sería posterior a las residencias en sitios con
condiciones de trabajo adecuadas para el desarrollo de estas
especialidades; esto fortalecerá fundamentalmente el
2º nivel de atención, hoy prácticamente inexistente
por la tendencia a la alta complejidad (alto costo). |
Si el modelo de
aseguramiento
hace agua, no cabe duda que el modelo de
atención fracasó y que sobre él no se
hizo nada.
No habrá recursos ni esquema de funcionamiento
que soporte un modelo de atención basado
en alto costo y alta complejidad.
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Minsalud
usurpa funciones de Mineducación
Afirma Ascofame que las medidas que propone el Ministerio
de Salud en el proyecto de ley 210 USURPAN las funciones del
Ministerio de Educación y muestra desconocimiento de
las políticas educativas encaminadas a la calidad: No
estamos en controversia con los hospitales, son nuestros aliados
naturales en la formación de talento humano en salud,
pero es la unión lo que nos hace fuertes y no la disociación
que históricamente ha propiciado este modelo de aseguramiento.
El modelo de docencia-servicio que propició la Ley 100/93
y la Ley 30/92 es perverso y atenta contra la calidad de la
educación médica.
Agrega que sin estudios de recursos humanos confiables (PARS:
Cendex y Facultad Nacional de Salud Pública, vaticinaron
desempleo médico en 2002; Cendex en 2009 advirtió
falta de especialistas), se busca controlar de forma indiscriminada
el mercado para castigar al ingreso del médico
y se utilizan acomodaticiamente las excepciones de ingresos
altos para generalizar. El deseo de los médicos para
especializarse obedece a la brecha de ingresos que hay entre
los generales y generalistas con segundas y terceras especialidades.
Nuevamente el sistema que favorece el alto costo.
A Ascofame le llama la atención la nueva ampliación
del plazo para la certificación como hospital universitario
a 5 años más, lo que perpetúa el ingreso
de la estampilla que existe para dicho efecto (sin la cual los
hospitales sufrirían un impacto económico negativo).
¿No quiere el gobierno nacional asumir este costo político
y económico, y va a contener el desarrollo de los hospitales
como universitarios?.
La Asociación recordó que propuso sin éxito,
la creación de un Consejo de Educación en Especialidades
Médicas que enaltezca la gobernabilidad de la profesión,
del cual se deben desprender las políticas de desarrollo
de la formación en especialidades del país, como
sucedió alrededor de Ascofame, el entonces Icfes y el
Ministerio de Salud, actividad consensuada entre ellos durante
30 años antes de la Ley 30/92. Además, entregó
a ambos Ministerios una propuesta para la reorganización
de nomenclaturas, definición de contenidos curriculares
esenciales en las especialidades en consonancia con realidad
internacional: Hicimos el más importante trabajo
que existe en el país en ese sentido y ya es tiempo de
renovarlo (inclusive asesoraron al Conareme en Perú en
un trabajo similar).
Advierte la Asociación que no existe un plan de desarrollo
de infraestructura donde los nuevos especialistas puedan ejercer:
Solo se busca incrementar la concentración para
bajar costos en estos sitios y utilizar las leyes del mercado
y castigar sus ingresos. Y recuerda que fueron los primeros
en denunciar las posiciones dominantes de algunas (muy pocas)
especialidades y las consecuencias de la medicina itinerante,
pero que ésta no es la situación de las especialidades
básicas ni las que se aducen faltan.
Finalmente, Ascofame anuncia que insistirá en sus propuestas
frente a soluciones que no tienen que ver con el problema:
un mal diagnóstico
un mal tratamiento. Concluye
que si el modelo de aseguramiento hace agua, no cabe duda
que el modelo de atención fracasó y que sobre
él no se hizo nada. No habrá recursos ni esquema
de funcionamiento que soporte un modelo de atención basado
en alto costo y alta complejidad. |
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