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Reflexión
del mes |
La excelencia
es el resultado de preocuparse
por las cosas más de lo que otros consideran que es
sabio
de arriesgarse un poco más de lo que otros piensan
que es seguro
de soñar más de lo que otros creen que es práctico
y de esperar más de lo que otros suponen que es posible.
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Fran
Gutiérrez. Motivador español, quién sufrió
un grave accidente a los 23 años, cuando empezaba a vivir
su vida después de una infancia y adolescencia terrible.
A los 28 años los médicos no le ofrecían
más que muletas y 20 pastillas cada día. Perdió
todas sus posesiones materiales, cuando tenía que sobrevivir
con su esposa y dos hijas pequeñas. Escribió el
libro Y entonces me levanté, donde narra
cómo superó esas dificultades y cómo entendió
el significado de la felicidad, el éxito y el fracaso.
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Sin
entrar en el debate de lo urgente y lo importante, la sed del
sector salud es de su dinero. Carteras inmensas, como nunca
se habían visto en ningún sector y menos, mucho
menos en un sector de tanto deber social, que no parecen representar
una preocupación mayor..
Dr. Julio Ernesto Toro Restrepo |
En el sector salud se está
cometiendo un error del llamado Tipo I, es decir, que en la
búsqueda de la solución del problema, advirtiéndolo,
el líder deja de lado la verdad.
Ley estatutaria, ley ordinaria, normas, resoluciones en abundancia,
y del dinero
nada. Sin entrar en el debate de lo urgente
y lo importante, la sed del sector es de su dinero. Carteras
inmensas, como nunca se habían visto en ningún
sector y menos, mucho menos en un sector de tanto deber social,
que no parecen representar una preocupación mayor a
juzgar por las vueltas y revueltas, antesalas y telefonazos
del Ministro de Salud y sus asesores a la pléyade de
parlamentarios y asistentes para cometer el Error Tipo I,
eso sí, con todas las de la ley.
Y han caído en ese tejemaneje nuestros gremios y asociaciones:
todos estamos pendientes de la ley, de sus trámites,
de las reuniones urgentes y de convocatorias fatuas. Y el
mensaje del Ministro es que en esto todos pierden. Inconveniente
mensaje de la autoridad a los buenos pagadores, y benéfico
y refrescante para los malos, pues ya les legitimó
su patente de corso.
Pero volvamos al asunto nuclear, mientras el ministro reparte
mejor la mermelada de la indignación como lo
dijo para la revista Semana, y hagámosle
la pregunta: ¿Y de las deudas
qué?
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Sociedades
Científicas
exigen respeto y rechazan reforma
Asociación
Colombiana de Sociedades Científicas |
En
carta enviada al presidente Juan Manuel Santos el pasado 23
de octubre, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas
se pronunció así frente a importantes temas del
debate y el acontecer actual en el sector salud, y reclamó
respeto del ministro de Salud, Alejandro Gaviria: |
Pancarta en marcha de protesta en
Medellín el pasado 29 de octubre. Foto: Rodrigo Peláez
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Los médicos especialistas
de Colombia, señor Presidente, no conformamos carteles.
Eso lo saben de sobra usted y el ministro de Salud, Alejandro
Gaviria. Sin embargo, nos vemos en la obligación de hacer
esta claridad, dada la forma en que el propio ministro se refirió
a este gremio, uno de los más capacitados del país,
durante las discusiones en torno a la escasez de especialistas.
Quedó claro que para darle la validez a un punto que
él, tozudamente, se ha empeñado en sacar adelante
en este proceso de reforma al sistema de salud, el Ministro
tiene que recurrir a esta clase de calificativos, sin justificación
alguna, ante la debilidad de sus argumentos. |
No hemos negado nunca que
hay áreas de la atención en salud desprotegidas
por la poca oferta de médicos con formación
específica en las mismas, situación que no ha
sido ajena para nosotros; de hecho, es motivo de análisis
constante de nuestra parte.
Y precisamente durante esas evaluaciones hemos detectado que
este desequilibrio tiene entre sus principales causas el modelo
de salud que rige a este país desde hace 20 años.
Como usted lo sabe, señor Presidente, el sistema ha
estado erróneamente orientado hacia la atención
y el tratamiento de enfermedades, y no al mantenimiento del
bienestar de la población, como tendría que
ser.
No es para menos: en un esquema de rendimiento financiero,
conviene que haya más enfermos para que todos los actores
del sistema puedan facturar más a costa de su atención.
En ese contexto los médicos acabamos convertidos, infortunadamente,
en un insumo mercantil. Y si ese insumo se especializa y sub-especializa,
mejor, pues aporta mayores dividendos a la gran cadena de
actores que se lucra con la salud en el país.
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Como usted lo sabe,
señor Presidente,
el sistema ha estado erróneamente orientado
hacia la atención y el tratamiento de enfermedades,
y no al mantenimiento del bienestar de la población,
como tendría que ser. No es para menos: en un esquema
de rendimiento financiero, conviene que haya más
enfermos para que todos los actores del sistema puedan
facturar más a costa de su atención.
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Asociación
Colombiana de Sociedades Científicas |
Evidencia de ello
es que los médicos generales, que son la puerta de entrada
al sistema, perdieron con los años su capacidad resolutiva
frente a los pacientes que reciben. Es decir: no dan respuesta
al enfermo, simplemente lo remiten a niveles más especializados,
donde cuestan más. Lo preocupante es que por la misma
senda van las especialidades básicas, que, dependiendo
del caso, remiten a sub-especialistas. Cualquiera pensaría
que si a todos los usuarios los atienden especialistas y sub-especialistas,
el impacto sanitario sería desbordadamente favorable,
pero las estadísticas oficiales, que evidencian que en
algunos indicadores centinelas del sistema de salud no hay evolución,
demuestran lo contrario. A eso hay que sumar hechos innegables,
como que el peso de los médicos en el mercado es, por
cuenta de factores como éste, cada vez menor, y que la
crisis de la salud sumergió también en una crisis
profunda la formación médica en el país.
Todo esto lo sabe de sobre el Ministro de Salud. Con él
hemos sostenido reuniones en las que le hemos hecho entender
que si se mantiene semejante lógica absurda, nunca habrá
en el país ni especialistas ni sub-especialistas suficientes
para atender la costosa demanda que este modelo se empeña
en generar y sostener. Hecho el análisis, ¿cree
usted que el problema se resuelve formando especialistas a granel?
¿Dónde quedó el prometido cambio modelo?
Lamentablemente, el proyecto de ley ordinaria con el que se
busca reformar la salud no se ocupa de aspectos estructurales
y esenciales como éstos, sino que mantiene vivo el sistema
que se quedará en el mismo estado agónico de siempre.
Su gobierno y el país, señor Presidente, están
a punto de perder la segunda y última oportunidad de
cumplir con la promesa de reformar, de fondo, el sistema de
salud. Le anticipamos que el proyecto actual no cumplirá
con ese cometido. Eso es claro. Como en otras oportunidades,
le reiteramos nuestro compromiso de aportar y velar por el logro
de un cambio real, que beneficie a la gente.
Al propio ministro Gaviria le consta el empeño puesto
por este gremio, al que él tacha hoy de cartel,
en este proceso: la activa y propositiva participación
en audiencias públicas, el impulso argumentario de la
ley Estatutaria (que hoy la Corte revisa), nuestro compromiso
de autorregularnos para que el sistema transformado tenga mayores
posibilidades de éxito, nuestro rechazo a las dádivas
y prebendas, y el ejercicio ético de nuestra profesión,
son algunos frentes de trabajo, de los que su Gobierno es testigo.
Por su honorable conducto, señor Presidente, queremos
exigirle al ministro Gaviria respeto por todos y cada uno de
los profesionales que componen este gremio, y pedirle más
cuidado y rigor con las propuestas que lanza. Al país
no se le olvida que este sistema debe en buena parte su desastre
a la falta de regulación estatal, aupada por las ligerezas
desafortunadas de un puñado de ministros de Salud. |
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Senado
aprobó una propuesta de
reforma nunca presentada
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Redacción
ElPulso - elpulso@elhospital.org.co |
El director de la Corporación
Colombiana de Secretario Municipales y Distritales de Salud
(Cosesam), Julio Alberto Rincón, presentó el
siguiente pronunciamiento frente al proyecto de ley 210 que
busca redefinir el sistema de salud:
El texto aprobado en el Senado es muy diferente al que
se venía trabajando en el país y al proyecto
inicial presentado, y el cual se suponía busca mejorar
la calidad de la atención y fortalecer la prestación
de servicios de salud. Se había dicho que la remuneración
a las EPS-Gestoras dependería de los resultados en
salud en la comunidad: ese concepto se anuló. Lo curioso
es que el mismo ministro Alejandro Gaviria dijo que si una
EPS mostraba resultados en salud, su gente estaba bien atendida
y le controlaba la enfermedad, las aseguradoras debían
recibir un pago, y si había malos resultados éstas
debían ser sancionadas. Pero en el texto aprobado las
cosas cambian y hay un artículo muy preocupante que
dice que los recursos de las EPS provienen de la administración
que se les paga directamente por prestación de servicios
y un recurso por riesgo, entre otros; al final del año
se liquidan esos recursos, sobre todo los de prestación
de servicios, y si hay excedentes, éstos ya son de
las EPS. Este tipo de remuneración no contempla nada
relacionado con la calidad, como había pregonado el
ministro.
Lo más preocupante, es que históricamente está
demostrado que solo hay tres formas de ahorrar recursos en
salud: hacer las cosas correctamente, lo que no genera excedentes
en el corto plazo aunque si a mediano y largo; otra forma
negar servicios de salud y la tercera es no pagar: Hace 15
años lo que se utiliza es no pagar, entonces ese artículo
genera que se sigan negando servicios de salud y que no se
le pague a los hospitales. Además, ata las manos de
la justicia porque las EPS podrán argumentar que la
nueva ley reconoce que los excedentes sean utilizados como
recursos privados, se acogerán a esa favorabilidad
jurídica y se legaliza la práctica. Creemos
que ese artículo fue concebido para eso, para subsanar
ante la Corte Constitucional y órganos de control las
investigaciones que se adelantan, se legaliza algo hasta ahora
ilegal, pero además va a ocasionar que los colombianos
tengan menos servicios y menos acceso, porque la intención
será ahorrar para que los recursos se conviertan en
propios.
Por otra parte, los municipios pierden todo protagonismo,
quedan sin el poder para vigilar, y se les quitaron más
funciones a los secretarios de salud y a los alcaldes. Por
tanto, las EPS se darán el lujo de atender a los usuarios
como les dé la gana, sin importarles que las administraciones
municipales protesten. Tampoco es claro como se manejarán
los recursos de la salud pública y los municipios vamos
a quedar valiendo muy poco y con muy poca movilidad. Por esto
y muchos aspectos más, consideramos que lo aprobado
está en contra de los principios que se le ofrecieron
al pueblo colombiano como reforma.
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Bioética
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«Haz
que mi espíritu permanezca claro en toda circunstancia:
pues grande y sublime es la ciencia que tiene por objeto conservar
la salud y la vida de todas las criaturas» (1).
Rambam. RabbíMoshé Ben Maimónides
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Resaltamos: «Grande y sublime es la ciencia que tiene
por objeto conservar la salud y la vida de todas las criaturas».
Sí, es un deber de todo ser humano «conservar
la salud y la vida de todas las criaturas», pues cada
que destruimos sin una razón verdaderamente justa,
sólo por satisfacer caprichos o deseos personales sin
evaluar honestamente el daño a otros seres vivos -animales
irracionales, vegetales-, al ambiente, a la naturaleza en
general y no sólo a otras personas, atentamos contra
nuestra sobrevivencia. Sólo el hombre, el ser racional,
destruye su propia casa.
Esta obligación de «conservar la salud y la vida
de todas las criaturas» es fundamental en quienes hemos
escogido como finalidad de nuestra existencia, de nuestro
diario quehacer, «conservar la salud y la vida de todas
las criaturas», pero especialmente de los seres humanos,
para quienes hemos escogido libremente ser médicos.
Bien sabemos, como lo acabo de decir, que la aniquilación
sin motivo verdaderamente justo de cualquier ser vivo atenta
contra la vida del hombre por el daño causado al ambiente,
a la naturaleza en la cual tiene que subsistir.
Con el incremento de la técnica olvidamos que ésta
debe estar al servicio del hombre y pensamos que éste
debe ceder su lugar de privilegio a aquella. Gran responsabilidad
cabe a las universidades, especialmente a sus Facultades de
Medicina, en la formación humanística y humanitaria
de los futuros profesionales en general, pero ante todo de
los médicos. Encontramos infortunadamente en esta profesión
grandes especialistas en técnicas de salud -diagnósticas,
terapéuticas, preventivas, etc.-, carentes totalmente
del espíritu propio de la medicina, del servicio desinteresado
a quien requiere ayuda en el campo de la salud, del ideal
que trazó Hipócrates -siglos VI y V a. C.- y
que es válido hoy en día pese a los desvaríos
de nosotros los médicos.
Félix Martí Ibáñez afirma: «[
]
Pues ser médico es mucho más que
ser un mero dispensador de píldoras o un carpintero
médico que remienda y compone carnes y almas rotas.
El médico es una piedra angular en la sociedad humana
y un intermediario entre el hombre y Dios» (1). Sí,
realmente «ser médico es mucho más
que ser un mero dispensador de píldoras o un carpintero
médico que remienda y compone carnes y almas rotas»,
porque la persona-paciente encomienda directamente o por delegación
de sus legítimos representantes, su existencia -no
sólo su salud-, y lo hace responsable in solidum, totalmente,
de la perfección de su existencia, de su óptima
realización.
Así entendemos por qué «el médico
es una piedra angular en la sociedad humana y un intermediario
entre el hombre y Dios» (1), cualquiera sea el Dios
que veneremos, porque todo ser humano cree y espera protección
de un ser superior, llámelo Dios, naturaleza,
suerte, etc. No olvidemos que no hay ateos sino idólatras.
Al médico le confiamos, repetimos, la esperanza de
nuestra óptima realización, lo constituimos
en «intermediario entre el hombre y Dios» (1).
Infortunadamente, con el culto a la técnica y la consecuente
deshumanización, encontramos frecuentemente algún
profesional de la medicina «mero dispensador de píldoras
o un carpintero médico que remienda y compone carnes
y almas rotas» (1).
Nota de referencia:
1. Martí Ibáñez, Félix. Ser
Médico. MD, en español, abril de 1975.
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NOTA:
Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética
-Cecolbe-. |
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Maestro, ¿qué es eterno?
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La
irresponsabilidad de algunas empresas constructoras y de las
autoridades que las toleran. En Medellín, invasores
inescrupulosos llenaron de casas las laderas inestables de
Media Luna, Santo Domingo Savio, Villatina
y en muchas
ciudades. Y vea las tragedias que ocurrieron. Hace varios
años pasó lo mismo en un barrio rico de El Poblado,
Y ahora, lo del edificio Space.
La Alcaldía y Planeación Municipal siguen ciegas
y sordas, y las curadurías aprobando palomeras en zonas
de alto riesgo, ¿a cambio de qué
? Si nos
descuidamos, los seres inhumanos invadirán hasta las
sagradas cumbres del Himalaya.
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